viernes, 10 de marzo de 2017

( ..... )

Después de tu voz
llega el eco.
He caminado hasta el infinito,
donde se junta
la tierra y el cielo,
donde tus verbos
aún hablan.
He tocado la calma,
la paz y el sosiego
de un bosque quieto
y pulvericé en mil pedazos
mi corazón,
enterrándome en el aleteo
de un mirlo.
Pero aún,
sigo sosteniendo el pensamiento
y de vez en cuando
se rasga la memoria.