Mayo me parió, con toquilla de muchos brazos. No traje un pan bajo el brazo y me enseñaron a sembrar el trigo. Después vinieron más partos y me vistieron de largo. En algún lugar de la tierra, cuando la tormenta llega, trae canciones que no aprendí; y los pies descalzos rezan y bailan a las puertas de la escuela y las naciones; mi recinto, una fuente y la solana y los juegos reunidos en el patio de mi casa. Hay lugares que escucho dentro de mi silencio. A veces callo, otras tarareo en la impunidad del tiempo.
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