Da igual, que los faros de tus ojos estén bajos y rayen la línea de la vida. Dos nombres en una señal, el momento y la pregunta. Un camino izquierdo y el derecho, la distancia, la lógica y el corazón y un vaso para aclarar la duda. Da igual, que los faros de tus ojos estén bajos y paren en una estación de descanso; hoy es otra cosa, - Este no es el caso - el viaje continúa camino abajo y el freno en la garganta habla, saliendo al encuentro unos poemas en braille. Pero la piel no sabe de ese tacto, hace mucho que no me lees.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario