lunes, 21 de abril de 2014

RESURRECCIÓN

RESURRECCIÓN

Yo no soy santa,
pero te resucité
entre sábanas blancas.

Ardían los clavos
del miedo a la esperanza.

Se alzó un nuevo albor
al filo de lo cierto,
cuando tus piernas
se colocaban en las mías
y allí estaba yo,
estábamos;
clavados en la cruz
y el cáliz,
entre lo cierto
y lo incierto.

Sabía del calvario del amor,
pero la sangre ya era una
y tu pasión,
resucitó en la mía.

© Blanca Vicario

Hubo...

Hubo un hombre
que me amó
y posaba palabras en mi boca;
silenciosas,
penetrantes,
como agua para la sed.

Invadió todas mis formas,
haciendo huecos
donde enterrar sus versos.

Ahora,
en la tumba de mis ojos,
reza el tiempo
y en mi pecho un epitafio
que se lee
desde muy lejos;
desde el polo
hasta el desierto.

Y me congela
y me traspasa
y me sostiene...
hasta llegar el día.

Donde se escriba:
Hubo un hombre que me amó
hasta matarme.

© Blanca Vicario