martes, 16 de julio de 2013

Viaje

Viaje


Surcas el mar de mi espalda
en proa de un tiempo indefinido;
un vaivén mueve volcanes marinos
aumentando tus sentidos.

No quiero luces de faro
que orienten tu desvarió
y ancle en otro destino.

Aborda ese viaje conocido
por la espalda hasta mi pelo.

Te enredarás en él y cantaré para ti
sin mitos de sirenas.

Solo la sal de las mareas
secará nuestros besos mojados,
empapará el sudor en brillo de cristales
y en ese instante, se eclipsará
ese amago de locura,
donde el velero sin luces de ningún faro,
llegó hasta la cima en perpetuo deseo,
guardándolo en el mar
que llevaba un velero.


© Blanca